La compra por Internet es una compra inteligente,
meditada. En las tiendas convencionales solemos observar un
escaparate, entrar y realizar compras más o menos impulsivas. La única
referencia que tenemos es nuestro propio conocimiento y la del comercial que
nos atiende, cuyo objetivo es vender. Sin embargo, en Internet lo habitual es
que el consumidor ya sepa lo que quiere. Lo busca, se informa sobre el
producto, busca opiniones de otras personas que lo adquirieron antes, observa
imágenes y vídeos del funcionamiento, se informa sobre la reputación de la
tienda, compara precios entre distintos sitios y, finalmente, compra.
La exigencia del consumidor medio hace que, necesariamente,
las páginas deban trabajar de forma rápida y eficaz y ser extremadamente
competentes. Porque cualquier tienda virtual sabe que, si da un mal servicio,
la red entera se hará eco de ello. Si ocurre de forma puntual no importa, pero
un mal servicio como norma hunde las tiendas en Internet, donde la información
corre como la pólvora.
Cuando uno empieza a comprar en Internet, lo normal es que
desconfíe, pero verás que, a medida que te vayas familiarizando con el entorno,
acabarás prefiriendo esta forma de compra. ¿Por qué? Porque tienes más donde
elegir y en muchos casos a precios más competentes. Además, no necesitas salir
de casa para realizar las compras, te la llevan a casa.
En nuestras compras convencionales, cuando acabas de llegar
a un lugar nuevo, debes investigar las tiendas de la zona. Pero luego de haber
realizado una pequeña investigación, encontrarás una selección de tiendas que
se convertirán en tus tiendas habituales o preferidas. En Internet ocurre lo
mismo.
Pero, ¿cómo empezar? Nosotros te recomendamos que te
informes.
__ Busca
información sobre la tienda donde piensas comprar. Si está en las
redes sociales demuestra transparencia, ya que en ellas sus clientes formarán
una comunidad e intercambiarán experiencias y opiniones. Puede ser un buen
lugar donde informarse de la satisfacción de otras personas.
___ Las tiendas
virtuales más completas y fiables suelen incorporar, dentro de su propia
página, la posibilidad de opinar sobre los productos o un sencillo sistema que
te permite valorar cada producto (normalmente del 1 al 5, representado con
estrellas). Algunos ejemplos son La casa del libro, Fnac, El Corte Inglés o eBay, donde se valora la
reputación del vendedor.
___ Infórmate
sobre el producto. Puedes buscarlos directamente en buscadores o en páginas
especializadas en comparación entre productos o reviews que
te ayudarán a decidirte. En ellas verás las opiniones de expertos, o de
personas que lo compraron anteriormente. Algunos ejemplos son Ciao, Dooyoo, Kelkoo o Shoomo, que destacan por las
opniones y análisis de productos y sus comparadores. Twenga ofrece un ránking
de popularidad de tiendas y productos. Y Google Shopping, el
comparador de precios que destaca por sus métodos de búsqueda.
___ Utiliza
portales especializados. Trabajar con los grandes siempre da ciertas
garantías. Incluso es posible que tu tienda habitual tenga una tienda virtual
con precios rebajados u ofertas especiales. Podrás ver sus productos con tiempo
y tranquilidad, y en el horario que tú desees.
___ Lee las
condiciones de la compra atentamente, para conocer las condiciones de
devolución o de garantía, o cómo responderá la tienda si el envío no llega a
tiempo o en condiciones. Es mejor saberlo de antemano y no llevarse una
sorpresa cuando haya problemas y ya sea tarde.
___ Valora los métodos
de pago que te ofrece la tienda y suma los gastos de envío para
conocer el precio final. Un consejo: si conoces más gente que puede querer
comprar productos, podéis aunar el pedido y así repartiros los gastos de
mensajería.
Obviamente no es necesario seguir todos estos pasos siempre.
Muchas veces ya conocerás a la tienda, o el producto.
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